TECNOSAGA, S.A. es
Medalla de Plata al Mérito de las Bellas Artes de Música
al conjunto de sus ediciones,
otorgado por el Ministerio de Cultura

(B.O.E. num, 278 de 19-11-1992)


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A BELÉN LLEGAR Y EL NACIMIENTO DE JESÚS
 
Caminen, señores, que es preciso andar
antes de las doce, a Belén llegar.
Camina, camina la Virgen María,
y a san José lleva en su compañía,
compañía más noble no la puede hallar.
Fueron caminando y luego se encontraron
con los pasajeros y les preguntaron
si para Belén hay donde errar.
¿A donde camina, quisiera saber,
un hombre de noche con una mujer?
¿¡Hurtada la lleva, imagino mal!?.
Respondió José: no la llevo hurtada;
de esos señores no me toca nada
y Quien me la dió me la podía dar.
Niña más hermosa, dama más florida,
(dijera uno de ellos) no la ví en mi vida,
y aun hombre tan viejo mal se puede dar!
San José les dijo: fuera yo servido
de ser ella mi esposa y yo ser su marido;
por otra ninguna no la he de trocar.
Respondió la niña, como es tan discreta:
¡Dios nos ha juntado, yo estoy muy contenta,
por hombre ninguno no le he de cambiar!
Lleguen, señores, sin compañía,
va la noche oscura, perderán la guía.
yo seré el camino y no lo he de errar!
San José les dijo: ¡estimo el favor,
vamos poco a poco, sin ningún temor;
la luz del Señor nos va alumbrar!
Fueron caminando, en conversación
hablando palabras de grande atención,
con palabras santas, dignas de adorar.
Llegan a Belén a un portal sagrado
aunque le ven pobre y no derrotado
en él han hallado corte celestial.
¡Esposo del alma, aquí nos quedemos
consuelo del cielo alguno tendremos!;
y una noche sola, ¡buena es de llevar!
¡Acuéstate, esposa, que vienes cansada!;
de mi no tengas ansia ni cuidado;
en llegado mi hora, ¡yo he de avisar!
Esposa del alma, no permita Dios
que yo me encuentre en falta de vós;
que sin vós, Señora, yo no me puedo hallar.
Allí nació un Niño, en aquel pesebre;
entre pajas y hierbas, sin otro albergue,
siendo Rey del Cielo de Tierra y Mar.
Como era Rey de inmenso poder
todos los demás reyes le venían ver,
hincando la rodilla, para le adorar.
Desde aquí le adoramos, Melchor y Gaspar
sus ricas ofrendas le van presentar;
Oro, incienso y mirra, también Baltasar
desde que le adoraron, todos muy contentos
hasta los pastores, tocan instrumentos.

De la tradición oral